¡El hielo es el protagonista en los cócteles de película!
¿Quien no recuerda a Tom Cruise haciendo daikiris en la película Cocktail? ¿O el famoso Vesper de James Bond: ese martini con vodka agitado, no mezclado? ¿O el cosmopolitan tan recurrente de Sexo en New York?
Los cócteles son la bebida indiscutible en cualquier fiesta con elegancia y glamour. Depende de cual elijas transmiten timidez, carácter, seguridad en ti mismo, dulzura, exigencia, feminidad… Un sin fin de asociaciones que pueden definir tu personalidad.
Existen tantos y tantos tipos de cócteles como queramos y todos tienen un denominador común: el hielo. Ese ingrediente fundamental e indispensable para que un cóctel esté en su punto. No se le da mucha importancia, pero ¿te imaginas esta bebida sin hielo?, ¿un cóctel caliente? …¡obviamente, no!
El principal papel del hielo es enfriar y evitar que el combinado aumente de temperatura. El frío es muy importante, ya que ayuda a que la percepción de alcohol sea menor. Además, permite armonizar los distintos ingredientes. Pero éste no es su único protagonismo. Un buen hielo también nos ayudará a potenciar un sabor.
El hielo puede marcar la diferencia entre un buen cóctel y un cóctel mediocre. Es uno de los elementos que más influye en el sabor y en la presentación final para que tu combinado sea de película.